Bienvenidos a este blog creado como parte del curso Actívate Desarrollo Web
Encontraréis aquí relatos de mis vuelos virtuales en Flight Simulator X.
¿Cómo empecé con este simulador? muy fácil, tenía mucho miedo, o digamos mejor mucho "respeto" a los aviones y para ir a la boda de un primo tuve que coger en un fin de semana 4 vuelos. Es lo que tiene vivir en el suroeste de Francia... cualquier viaje en avión implica una escala. El primer despegue y primer aterrizaje, tengo que confesar que lo pase un poco mal, a pesar de los chistes que me contaba mi madre para distraerme. Pero ya después de 4 la cosa cambia... uno se hace hasta adicto a las sensaciones que produce el despegue.
Me gusto tanto esa sensación que al poco tiempo de volver fui a comprarme el Flight Simulator (el 9 en aquel entonces) y un joystick baratito porque el presupuesto no daba para mucho más.
Todavía me acuerdo de los nervios del primer despegue virtual, ¡Qué nervios! me lo creía, mi avioneta no se podía caer! lo que pude sudar en ese momento.
Empecé a seguir las clases que venían en el programa, me relaje y ya empezé a disfrutar de cada pequeño logro, el primer que el profesor, Rod, no me eche en pleno vuelo.
Y así llevo unos cuantos años, disfrutando de vez en cuando de algún vuelo en ese mundo virtual.
Encontraréis aquí relatos de mis vuelos virtuales en Flight Simulator X.
¿Cómo empecé con este simulador? muy fácil, tenía mucho miedo, o digamos mejor mucho "respeto" a los aviones y para ir a la boda de un primo tuve que coger en un fin de semana 4 vuelos. Es lo que tiene vivir en el suroeste de Francia... cualquier viaje en avión implica una escala. El primer despegue y primer aterrizaje, tengo que confesar que lo pase un poco mal, a pesar de los chistes que me contaba mi madre para distraerme. Pero ya después de 4 la cosa cambia... uno se hace hasta adicto a las sensaciones que produce el despegue.
Me gusto tanto esa sensación que al poco tiempo de volver fui a comprarme el Flight Simulator (el 9 en aquel entonces) y un joystick baratito porque el presupuesto no daba para mucho más.
Todavía me acuerdo de los nervios del primer despegue virtual, ¡Qué nervios! me lo creía, mi avioneta no se podía caer! lo que pude sudar en ese momento.
Empecé a seguir las clases que venían en el programa, me relaje y ya empezé a disfrutar de cada pequeño logro, el primer que el profesor, Rod, no me eche en pleno vuelo.
Y así llevo unos cuantos años, disfrutando de vez en cuando de algún vuelo en ese mundo virtual.
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| Llegando a Málaga 30 de mayo 2016 |

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